Los conciertos íntimos o recónditos son una manera de explicar un acto de total apertura, que no sólo se refiere "al artista". Es una forma de expresar ese deseo profundo de que todos miremos adentro y que realmente no hay un espectáculo que sirva para entretener. La responsabilidad de sentir, mientras se expresa y se escucha.
Un concierto íntimo está basado en un repertorio, y tiene un formato parecido a un concierto al uso, pero se diferencia en que la gente que haya y la energía que exista determinarán lo que suceda y cómo se toquen las canciones. Están abiertas siempre a la participación, pero sobre todo, a la participación emocional, como como un canal que se desborda fuera ya de todo límite.